Todos hemos pasado por eventos difíciles para los que no hemos tenido las habilidades de afrontamiento necesarias, nuestro cerebro a manera de estrategia de sobrevivencia aisla estas situaciones, que luego son revividas como que estuvieran pasando en el presente, sin importar cuánto tiempo haya pasado del suceso original.

Cuando las respuestas emocionales ante los eventos de la vida actual son desproporcionadas, podemos hablar de la posibilidad qué exista algún suceso traumático que pudo haber quedado sin procesar, debido a esto y gracias a las neurociencias se han desarrollado procesos terapéuticos específicos, como el EMDR y/o el Brainspotting, que permiten integrar estos sucesos y quitarles la carga emocional que traen para que la persona pueda utilizar su energía para vivir en el presente, en lugar de revivir estos sucesos y mantenerse en modo sobrevivencia, desde donde lo único que podemos hacer es: huir, atacar o paralizarnos.