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A veces pasamos tanto tiempo evitando lo que sentimos, negando lo que hemos necesitado, repitiendo que todo está bien, aparentando que nada pasa…
Nos da miedo sentir, sintonizar, hacer silencio y escuchar…
Creemos que si le ponemos atención a ese pequeño malestar se volverá gigante y nos dejará ‘inútiles, vulnerables, sensibles, expuestos…
Cuando en realidad es la falta de conexión la que hace que las emociones parezcan ‘incomprensibles’.
No necesitamos comprender (no a nivel racional) lo que necesitamos son espacios en los que sentir sea seguro y la emoción tenga oportunidad de transmitir su mensaje, mover su energía y disiparse.
¿Cómo navegas tu marea de emociones?